miércoles, 24 de abril de 2013

En ganadería… primero el AGUA




Foto Dr. Luis Guillermo Espejo V.
M.V.Z. Ph.D nutrición animal



El uso y manejo de este preciado líquido para la agricultura y la ganadería es hoy un recurso frágil, limitado y muy sensible a cambios no ordenados dentro de la explotación de los recursos naturales.

El agua es tan importante para el ser humano, que entró, hace muchos años, en una serie de rutinas de uso para la producción de alimentos, que nos hemos olvidado de su producción, manejo, conservación y conocimiento de su presencia en la naturaleza.

Así mismo, es un recurso hasta hoy renovable, donde el hombre lo ha reconocido como un elemento esencial, vital y fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la vida vegetal y animal, pero al margen de saber aprovechar y utilizar adecuadamente este preciado líquido.

Hoy podríamos decir que no tenemos el conocimiento suficiente y necesario para estudiar este recurso y proyectarlo como el factor más importante en la productividad agropecuaria. Es así que el agua la debemos reconocer como un recurso manejable y ubicarlo para su uso en los siguientes aspectos para la explotación ganadera: 

·         El agua siempre está en movimiento, es un ciclo para recordar que está en forma sólida, líquida y en vapor. Nosotros solo la podremos usar hacia la productividad en forma líquida.  
·         La oferta ambiental en todos los indicadores de: temperatura, humedad relativa, vientos, luminosidad, radiación, lluvias y suelos, está regulada en su demostración natural por el agua.
·         Para el ganadero, el agua debe ser parte estructural de los suelos, especialmente los dedicados a la producción forrajera. Esto es tan importante, pero tan olvidado que hoy preferimos acopiar aguas fuera del suelo y no mantenerlas dentro de éste. Siempre será mejor que el agua sobrante de la estructura y densidad del suelo esté acopiada dentro de la explotación y no al contrario como es habitual.
·         Hoy valoramos la relación entre los recursos naturales así: agua – suelo – forraje – animal – producto final.
·         El agua debe estar presente en el suelo entre un 20 y un 25 por ciento de su densidad. Quiere decir, por ejemplo, que si una hectárea la valoramos en una densidad de 1, con 20 cms. de profundidad, de sus dos millones de kilos, entre 200 mil y 250 mil, deben ser agua estructural. Este es el desafío o el reto de un buen productor para mantener esta condición. El cultivo forrajero es el que más agua requiere, pues es el que más ciclos  vegetativos produce por hectárea y por año sobre cualquier otro cultivo explotado por el hombre (entre 5 y 12 ciclos).
·         No olvidemos que en promedio el agua es el 80 por ciento del peso de los forrajes y para producir dos gramos de materia seca, se necesita aproximadamente un litro de agua en ciclo nutricional vegetal.
·         Con respecto del animal, sabemos que un 70 por ciento de su peso es agua y que si fallamos en el uso y manejo de este recurso en nutrición animal, con solo el 10 por ciento de pérdida en la estructura corporal, el animal muere.
·         Ya que estamos en procesos productivos con alta especialización donde los recursos forrajeros y de genética animal están en su máximo potencial productivo, nos hemos olvidado que este será evidenciado sólo cuando para la ganadería el agua esté en primer lugar.


En promedio el agua es el 80 por ciento del peso de los forrajes y para producir dos gramos de materia seca, se necesita aproximadamente un litro de agua en ciclo nutricional vegetal.



Nuestra experiencia en las prácticas y ofertas en programas de producción ganadera valora siempre la capacidad hídrica. Se proyectan estos programas a un manejo estructural del agua hacia el suelo, logrando esta condición el mayor tiempo posible, especialmente proyectado a tiempo de no lluvias.

Valor del agua en la finca

Cualquier programa productivo debe garantizar un mantenimiento estructural del agua, bajo sistemas de riegos y drenajes basados fundamentalmente en la toma, manejo y conservación de las aguas lluvias. Generalmente, el ganadero de hoy sabe cuánto le llueve o cuánta agua le cae en su predio, pero lo que no sabe es cómo usarla; ¿sabe usted señor ganadero que un milímetro de lluvia es un litro por metro cuadrado, o diez mil litros por hectárea, equivalentes a diez mil kilos o 10 toneladas, o 10 metros cúbicos? ¿Sabe usted qué hacer cuando le caen 50 milímetros por los cuales nos enorgullecemos o nos lamentamos?

Las fincas valen hoy por la capacidad hídrica manejable a largo plazo o al mayor tiempo para poder explotar la mayor y mejor fuente nutricional como son los forrajes. Innecesariamente, cualquier sustituto o importación de alimentos a la finca le trae más costos a los sistemas productivos. Aclaro acá que en niveles de producción alta y donde el forraje no alcanza a cubrir los requerimientos totales de un animal se justifica la suplementación con alimentos no producidos en la finca (explotaciones lecheras o de carnes de alto rendimiento).

Hoy tenemos programas de transferencia tecnológica donde explotamos condiciones naturales en el recurso suelo, como es la capilaridad de éste y que siendo una condición natural, nos permite utilizar las aguas bajo el movimiento a través de sus poros o capilares y lograr mantenerlo en el tiempo. Esto se logra bajo el establecimiento de sistemas de canales receptores y conductores de agua, donde debemos manejar una distribución homogénea hacia las áreas de impacto productivo, y primordialmente donde pastorean los animales en producción.
  
Los sistemas en canales deben garantizar ingresos y salidas del agua, especialmente en la medición de drenajes por excesos en escorrentía.

Son canales a nivel topográfico que, además de cumplir con lo anterior, controlan la erosión de las capas superficiales del suelo o la lixiviación de nutrientes esenciales. Aquí es bueno anotar que hoy existe una tendencia a la salinización de los suelos que obliga con más seguridad a tener sistemas de control en el nivel freático, y esto solo se logra con sistema de canales para riegos y drenajes.

Los sistemas en canales deben garantizar ingresos y salidas del agua, especialmente en la medición de drenajes por excesos en escorrentía



Hemos encontrado ciertas condiciones ventajosas en ladera o en áreas planas donde podemos garantizar el movimiento del agua por medio de la fuerza de la gravedad si construimos canales en escala o de una manera más sencilla, construir un distrito de riego y drenaje para la conservación estructural del agua en el suelo, proyectado al mayor tiempo posible. Esto puede estar afectado por la textura y estructura del suelo en explotación, de ahí la importancia de analizar la física del suelo (análisis físico-químico de laboratorio), confirmar su textura y poder elaborar un plan en el manejo y construcción de los canales, especialmente en su dimensión.

Es un sistema amable y agroecológico muy positivo, que además hoy nos garantiza proponer programas de producción de alimentos limpios, así hemos logrado sistemas ecológicos silvopastoriles explotando además de las gramíneas y leguminosas de cobertura, árboles leguminosos que contribuyen al ciclo positivo en condiciones especialmente en la fertilidad y buen uso en la relación agua – suelo – animal, pues son los responsables del bienestar animal o como dicen hoy los gringos: “…la vaca feliz”, o también como decimos aquí: …”el ganado que da platica”.

Si todo lo anterior es posible, en todo el país, con todos los ganaderos, creo que Colombia se podría considerar un gran productor en leche y carne para el consumidor local en primer lugar y, si nos sobra, para ofrecerles a otros países que lo necesiten.




 ALGUNOS DATOS IMPORTANTES


El agua en el mundo

·         97 por ciento del agua terrestre es salada
·         Del 3 por ciento restante, el 75 por ciento del agua está inmovilizada en forma de hielo o se encuentra a gran profundidad.

·         El agua disponible para mantener en vida a la humanidad y hacer posible la realización de sus actividades, representa menos de la milésima parte de la del planeta.

·         En el siglo XX , el número de habitantes en el mundo se multiplicó por 3 y el consumo mundial de agua dulce por 6 





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