Por Julieth Velandia García
Departamento de Comunicaciones
Asocebú
Las nuevas
tendencias de consumo conducen a la búsqueda de productos sanos y naturales,
vinculados a un territorio o espacio protegido. El interés de los habitantes de
la ciudad por lo natural va en aumento, impulsado por los recientes escándalos
alimenticios (vacas locas, fiebre aftosa, entre otros).
La ganadería
ecológica es un sistema productivo cuyo objetivo fundamental es obtener
alimentos sanos de calidad, mediante la utilización óptima y racional de los
recursos, respetando el medio ambiente, el bienestar animal y sin emplear
sustancias químicas de síntesis.
Está íntimamente
ligada a la tierra y no concibe la producción de animales sin que estos se puedan
desarrollar en un espacio abierto y de forma natural, por tanto, las ganaderías
intensivas, esto es, estabuladas durante todo el año, no tienen mucho sentido
en la producción ecológica, a excepción de algunas de orientación láctea cuyo
destino sea transformado, como los quesos.
Tres principios básicos:
1.
Conservación del medio ambiente y de nuestro
entorno natural, haciendo uso de animales adaptables para que realicen un mejor
aprovechamiento de los recursos naturales, controlando la carga ganadera para
evitar efectos perjudiciales sobre el medio ambiente.
2.
Máximo respeto y protección a los animales
evitando cualquier tipo de daño, maltrato o molestias innecesarias a lo largo
de su vida, facilitándoles unas condiciones adecuadas para su desarrollo
natural.
3.
Evitar el empleo de cualquier sustancia
química durante el proceso productivo, tanto medicamentos para los animales
como fertilizantes para el terreno, garantizando que nuestra producción no presente
ningún tipo de sustancia residual.
Características
Una de las
características de los sistemas de explotación de los recursos naturales
respetuosos con el medio es la elevada calidad de los productos obtenidos.
Además estos métodos sirven para recuperar ciertos modos de vida tradicional,
fomentando el empleo, evitando la emigración y creando nuevos espacios
económicos en el medio rural.
La ganadería
ecológica aparece, pues, como una alternativa cada vez más realista y viable,
con unas expectativas crecientes en nuestro ámbito ganadero. Promueve la
diversidad de especies y razas criadas en su hábitat natural.
En cuanto al origen de los
animales, es más que recomendable apostar por las razas
autóctonas, puesto que son más resistentes y se adaptan mejor a las
irregularidades del terreno y a las condiciones climáticas que no siempre
son favorables.
Además, estos animales pueden presentar una gran capacidad para aprovechar los recursos vegetales de baja calidad provocados por la escasez de lluvias, como en épocas de sequía, y obtener una buena crianza y fertilidad en esas condiciones adversas de escasez alimenticia.
Sanidad
y Bienestar Animal
La utilización de
técnicas simples de manejo y poco costosas, el uso de medicinas no tóxicas,
junto con un trato digno al animal, permite mantener a los animales en muy buen
estado, logrando, por tanto, productos de excelente calidad.
Además
de
desarrollar medidas sanitarias y de bienestar animal para que permanezcan sanos
y dispongan de espacios óptimos a sus necesidades fisiológicas, la sanidad debe
estar basada en la prevención y en el perfecto manejo de los recursos
disponibles. Una elección de la raza de acuerdo con las condiciones de la
explotación, una buena alimentación y alojamiento adecuado son indispensables
para el estado sanitario de los animales.
El trato
digno al animal, permite mantener a los animales en muy buen estado, logrando,
por tanto, productos de excelente calidad.
En nuestro país
existen grandes posibilidades para desarrollar este tipo de ganadería y sus
productos. Muchas zonas montañosas y marginales mantienen una diversidad de
especies animales y vegetales que durante siglos se han mantenido en un
perfecto equilibrio ecológico.
En definitiva, se
trata de desarrollar y crear nuevos espacios en el mundo rural, respetuosos con
el medio ambiente y que pongan en activo recursos ociosos o infrautilizados.
Manejo
y protección del suelo
Jorge
Triana Valenzuela, docente de la Universidad de La Salle y médico veterinario
con MSc en gerencia ambiental y de recursos naturales, sugiere que una
planeación de los riesgos ambientales es el primer paso para lograr hatos
ganaderos respetuosos con el medio ambiente.
Esta
planeación se debe hacer conjuntamente con el resto de actividades de la finca
y no como esfuerzos aislados, ya que podrían llegar a representar ahorros
importantes si se prevén, o en caso contrario se generarían gastos
innecesarios.
La
planeación se puede iniciar con el manejo y protección del suelo ya que es la
base para mantener la productividad del sistema. Se deben tener en cuenta
aspectos como la estructura física y la fertilidad del suelo. Para la primera,
el aspecto más importante es la compactación del suelo, entre mayor sea esta, la oxigenación disminuirá y la penetración de
las raíces del forraje se restringirá, afectando, significativamente, la
productividad de las praderas.
Por lo
anterior, es importante conocer la estructura física del suelo debido a que permite
llevar a cabo la planeación de prácticas de laboreo, como la renovación de
praderas o ajustar la dinámica de población del hato, disminuyendo la capacidad
de carga en épocas donde la susceptibilidad del suelo a la compactación es
mayor.
Es importante conocer la estructura física del suelo debido
a que permite llevar a cabo la planeación de prácticas de laboreo, como la
renovación de praderas o ajustar la dinámica de población del hato.
La fertilización del suelo es un segundo aspecto
supremamente importante desde el punto de vista financiero y ambiental. El
fertilizante es uno de los mayores gastos y, por consiguiente, el uso adecuado
trae beneficios económicos, restringiendo la utilización de las cantidades
necesarias y reduciendo los efectos ambientales negativos sobre el mismo suelo,
agua y aire. Por esta razón, un análisis de suelos y la asesoría de un experto constituyen
una muy buena inversión a la hora de mejorar productividad, aumentar la
rentabilidad y disminuir el impacto ambiental de los hatos ganaderos.
Alimentación
La alimentación se
basa, principalmente, en la flora salvaje del lugar de la que dependen, en gran
medida, las cualidades organolépticas de los productos obtenidos; cuidando,
además, de proporcionar al ganado alimentos cultivados obedeciendo a los ciclos
naturales.
Está, pues,
íntimamente relacionada con la agricultura ecológica, potenciando las prácticas
agrícolas que fomentan la biodiversidad, respetando la vocación del suelo y
adecuándolo a las plantas y animales que se han ido adaptando durante muchos
años y han sabido aprovechar los recursos en un perfecto equilibrio con el
ecosistema.
Lo ideal es aprovechar los pastos que tenga la finca o, si es
posible, cultivar los alimentos (cereales, forrajes, entre otros) en la propia
explotación.
Para
la alimentación animal, el 80 por ciento, al menos, debe estar
sustentada en el pastoreo porque el ganado beneficia al suelo con el
aporte de estiércol. El propósito fundamental de la alimentación es asegurar
una producción de calidad, cubriendo todas las necesidades nutritivas de los
animales, pero sin perseguir el máximo rendimiento del ganado.
Lo ideal es
aprovechar los pastos que tenga la finca o, si es posible, cultivar los alimentos
(cereales, forrajes, entre otros) en la propia explotación. La utilización del
pastoreo supone que los animales se desplacen de un lugar a otro, aprovechando
racionalmente los recursos vegetales y, a su vez, mientras buscan alimento, van
estercolando la finca, es decir, aportando materia orgánica para la regeneración
natural de esos pastos.
El otro 20 por ciento
de la alimentación puede ser aportado a base de piensos o concentrados que
deben ser de origen ecológico, certificados y autorizados por un organismo de
control.
De ser necesario comprar alimentos del exterior, interesa llegar a acuerdos con productores ecológicos de la zona que cultiven lo que se necesite y obtenerlo así a un mejor precio, puesto que los piensos ecológicos ya preparados que existen en el mercado, siguen siendo costosos.
En
este rubro, Triana Valenzuela agrega que si
el forraje es ofertado a los animales en el momento óptimo de digestibilidad y
contenido nutricional, la producción de gases efecto invernadero –principalmente metano– es menor. Esto permite que las emisiones al medio
ambiente disminuyan maximizando el desempeño del sistema; por un lado, mejora
la nutrición de los animales incrementado productividad y por el otro,
disminuye las pérdidas del sistema.
Así
como en el manejo de suelos, para establecer el rango óptimo de consumo de la
pradera, es aconsejable llevar a cabo un análisis bromatológico del forraje. En
este caso, también es recomendable asesorarse de un experto, ya que los tiempos
varían según el tipo de pasto, estacionalidad, temperatura, humedad, entre
otros.
Para
la producción de alimentos ecológicos de origen animal se deben
considerar algunos principios fundamentales, entre ellos, el mantenimiento del
equilibrio ganadería-naturaleza para evitar deterioros de suelo y vegetación provocada
por el sobrepastoreo. Esto se logra adaptando la carga ganadera de manera que
no se sobrepase la cantidad de estiércol que un suelo puede soportar para
evitar problemas de contaminación por nitratos.
Finalmente, Triana
Valenzuela enfatiza que en Colombia existen programas como las Buenas Prácticas
Ganaderas (BPG) y la Producción Más Limpia (PML). Estas iniciativas traen
consigo varios protocolos y herramientas que aplicadas adecuadamente,
mejorarían el desempeño ambiental de los hatos ganaderos y se podría asegurar
la inocuidad de la carne y leche producidos.
En síntesis, algunos ‘tips’
a considerar, según Triana, son:
·
Realizar análisis de suelos para establecer planes de
fertilización, laboreo y pastoreo adecuados.
·
Establecer análisis bromatológicos de los forrajes para instaurar
calidad nutricional y momentos óptimos de consumo.
·
Consultar con profesionales idóneos en el tema; ya que
representa una inversión, más que un gasto.
DESTACADOS
Si el forraje es ofertado a los animales en el momento
óptimo de digestibilidad y contenido nutricional, la producción de gases efecto invernadero –principalmente metano– es menor.
Se
trata de desarrollar y crear nuevos espacios en el mundo rural, respetuosos con
el medio ambiente y que pongan en activo recursos ociosos o infrautilizados.
BIBLIOGRAFÍA
Principios básicos de ganadería ecológica, http://www.adrecologica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=80&Itemid=120
La Ganadería
Ecológica. Consejería de Agricultura y Pesca.
MORENO
CHANTAR Marina, et-al, Manual de Ganadería Ecológica, Pág.3
Agradecimientos:
Jorge Triana
Valenzuela, docente de la Universidad de La
Salle y médico veterinario con MSc en gerencia ambiental y de recursos
naturales.
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