martes, 9 de julio de 2013

Prácticas favorables para la conservación del agua en los hatos ganaderos



Por Julieth Velandia García
Departamento de Comunicaciones
Asocebú
  

Las nuevas tendencias de consumo conducen a la búsqueda de productos sanos y naturales, vinculados a un territorio o espacio protegido. El interés de los habitantes de la ciudad por lo natural va en aumento, impulsado por los recientes escándalos alimenticios (vacas locas, fiebre aftosa, entre otros).


La ganadería ecológica es un sistema productivo cuyo objetivo fundamental es obtener alimentos sanos de calidad, mediante la utilización óptima y racional de los recursos, respetando el medio ambiente, el bienestar animal y sin emplear sustancias químicas de síntesis.

Está íntimamente ligada a la tierra y no concibe la producción de animales sin que estos se puedan desarrollar en un espacio abierto y de forma natural, por tanto, las ganaderías intensivas, esto es, estabuladas durante todo el año, no tienen mucho sentido en la producción ecológica, a excepción de algunas de orientación láctea cuyo destino sea transformado, como los quesos.


Tres principios básicos:

1.    Conservación del medio ambiente y de nuestro entorno natural, haciendo uso de animales adaptables para que realicen un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, controlando la carga ganadera para evitar efectos perjudiciales sobre el medio ambiente.
2.    Máximo respeto y protección a los animales evitando cualquier tipo de daño, maltrato o molestias innecesarias a lo largo de su vida, facilitándoles unas condiciones adecuadas para su desarrollo natural.
3.    Evitar el empleo de cualquier sustancia química durante el proceso productivo, tanto medicamentos para los animales como fertilizantes para el terreno, garantizando que nuestra producción no presente ningún tipo de sustancia residual.


Características

Una de las características de los sistemas de explotación de los recursos naturales respetuosos con el medio es la elevada calidad de los productos obtenidos. Además estos métodos sirven para recuperar ciertos modos de vida tradicional, fomentando el empleo, evitando la emigración y creando nuevos espacios económicos en el medio rural.


La ganadería ecológica aparece, pues, como una alternativa cada vez más realista y viable, con unas expectativas crecientes en nuestro ámbito ganadero. Promueve la diversidad de especies y razas criadas en su hábitat natural.

En cuanto al origen de los animales, es más que  recomendable apostar por las razas autóctonas, puesto que son más resistentes y se adaptan mejor a  las irregularidades del terreno y a  las condiciones climáticas que no siempre son favorables.

Además, estos animales pueden presentar una gran capacidad para aprovechar los recursos vegetales de baja calidad provocados por la escasez de lluvias, como en épocas de sequía, y obtener una buena crianza y fertilidad en esas condiciones adversas de escasez alimenticia.


Sanidad y Bienestar Animal

La utilización de técnicas simples de manejo y poco costosas, el uso de medicinas no tóxicas, junto con un trato digno al animal, permite mantener a los animales en muy buen estado, logrando, por tanto, productos de excelente calidad.

Además de desarrollar medidas sanitarias y de bienestar animal para que permanezcan sanos y dispongan de espacios óptimos a sus necesidades fisiológicas, la sanidad debe estar basada en la prevención y en el perfecto manejo de los recursos disponibles. Una elección de la raza de acuerdo con las condiciones de la explotación, una buena alimentación y alojamiento adecuado son indispensables para el estado sanitario de los animales.


El trato digno al animal, permite mantener a los animales en muy buen estado, logrando, por tanto, productos de excelente calidad.


En nuestro país existen grandes posibilidades para desarrollar este tipo de ganadería y sus productos. Muchas zonas montañosas y marginales mantienen una diversidad de especies animales y vegetales que durante siglos se han mantenido en un perfecto equilibrio ecológico.

En definitiva, se trata de desarrollar y crear nuevos espacios en el mundo rural, respetuosos con el medio ambiente y que pongan en activo recursos ociosos o infrautilizados. 

Manejo y protección del suelo

Jorge Triana Valenzuela, docente de la Universidad de La Salle y médico veterinario con MSc en gerencia ambiental y de recursos naturales, sugiere que una planeación de los riesgos ambientales es el primer paso para lograr hatos ganaderos respetuosos con el medio ambiente.
Esta planeación se debe hacer conjuntamente con el resto de actividades de la finca y no como esfuerzos aislados, ya que podrían llegar a representar ahorros importantes si se prevén, o en caso contrario se generarían gastos innecesarios.
La planeación se puede iniciar con el manejo y protección del suelo ya que es la base para mantener la productividad del sistema. Se deben tener en cuenta aspectos como la estructura física y la fertilidad del suelo. Para la primera, el aspecto más importante es la compactación del suelo, entre mayor sea esta,  la oxigenación disminuirá y la penetración de las raíces del forraje se restringirá, afectando, significativamente, la productividad de las praderas.
Por lo anterior, es importante conocer la estructura física del suelo debido a que permite llevar a cabo la planeación de prácticas de laboreo, como la renovación de praderas o ajustar la dinámica de población del hato, disminuyendo la capacidad de carga en épocas donde la susceptibilidad del suelo a la compactación es mayor. 


Es importante conocer la estructura física del suelo debido a que permite llevar a cabo la planeación de prácticas de laboreo, como la renovación de praderas o ajustar la dinámica de población del hato.

La fertilización del suelo es un segundo aspecto supremamente importante desde el punto de vista financiero y ambiental. El fertilizante es uno de los mayores gastos y, por consiguiente, el uso adecuado trae beneficios económicos, restringiendo la utilización de las cantidades necesarias y reduciendo los efectos ambientales negativos sobre el mismo suelo, agua y aire. Por esta razón, un análisis de suelos y la asesoría de un experto constituyen una muy buena inversión a la hora de mejorar productividad, aumentar la rentabilidad y disminuir el impacto ambiental de los hatos ganaderos.


Alimentación

La alimentación se basa, principalmente, en la flora salvaje del lugar de la que dependen, en gran medida, las cualidades organolépticas de los productos obtenidos; cuidando, además, de proporcionar al ganado alimentos cultivados obedeciendo a los ciclos naturales.

Está, pues, íntimamente relacionada con la agricultura ecológica, potenciando las prácticas agrícolas que fomentan la biodiversidad, respetando la vocación del suelo y adecuándolo a las plantas y animales que se han ido adaptando durante muchos años y han sabido aprovechar los recursos en un perfecto equilibrio con el ecosistema.

Lo ideal es aprovechar los pastos que tenga la finca o, si es posible, cultivar los alimentos (cereales, forrajes, entre otros) en la propia explotación.

Para la alimentación animal, el 80 por ciento, al menos, debe estar sustentada en el pastoreo porque el ganado beneficia al suelo con el aporte de estiércol. El propósito fundamental de la alimentación es asegurar una producción de calidad, cubriendo todas las necesidades nutritivas de los animales, pero sin perseguir el máximo rendimiento del ganado.

Lo ideal es aprovechar los pastos que tenga la finca o, si es posible, cultivar los alimentos (cereales, forrajes, entre otros) en la propia explotación. La utilización del pastoreo supone que los animales se desplacen de un lugar a otro, aprovechando racionalmente los recursos vegetales y, a su vez, mientras buscan alimento, van estercolando la finca, es decir, aportando materia orgánica para la regeneración natural de esos pastos.

El otro 20 por ciento de la alimentación puede ser aportado a base de piensos o concentrados que deben ser de origen ecológico, certificados y autorizados por un organismo de control.

De ser necesario comprar alimentos del exterior, interesa llegar a acuerdos con productores ecológicos de la zona que cultiven lo que se necesite y obtenerlo así a un mejor precio, puesto que los piensos ecológicos ya preparados que existen en el mercado, siguen siendo costosos.

En este rubro, Triana Valenzuela agrega que si el forraje es ofertado a los animales en el momento óptimo de digestibilidad y contenido nutricional, la producción de gases efecto invernadero principalmente metano es menor. Esto permite que las emisiones al medio ambiente disminuyan maximizando el desempeño del sistema; por un lado, mejora la nutrición de los animales incrementado productividad y por el otro, disminuye las pérdidas del sistema.
Así como en el manejo de suelos, para establecer el rango óptimo de consumo de la pradera, es aconsejable llevar a cabo un análisis bromatológico del forraje. En este caso, también es recomendable asesorarse de un experto, ya que los tiempos varían según el tipo de pasto, estacionalidad, temperatura, humedad, entre otros.
Para la producción de alimentos ecológicos de origen animal se deben considerar algunos principios fundamentales, entre ellos, el mantenimiento del equilibrio ganadería-naturaleza para evitar deterioros de suelo y vegetación provocada por el sobrepastoreo. Esto se logra adaptando la carga ganadera de manera que no se sobrepase la cantidad de estiércol que un suelo puede soportar para evitar problemas de contaminación por nitratos.

Finalmente, Triana Valenzuela enfatiza que en Colombia existen programas como las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) y la Producción Más Limpia (PML). Estas iniciativas traen consigo varios protocolos y herramientas que aplicadas adecuadamente, mejorarían el desempeño ambiental de los hatos ganaderos y se podría asegurar la inocuidad de la carne y leche producidos.

En síntesis, algunos ‘tips’ a considerar, según Triana, son:

·         Realizar análisis de suelos para establecer planes de fertilización, laboreo y pastoreo adecuados.
·         Establecer análisis bromatológicos de los forrajes para instaurar calidad nutricional y momentos óptimos de consumo.
·         Consultar con profesionales idóneos en el tema; ya que representa una inversión, más que un gasto.


DESTACADOS
Si el forraje es ofertado a los animales en el momento óptimo de digestibilidad y contenido nutricional, la producción de gases efecto invernadero principalmente metano es menor.
Se trata de desarrollar y crear nuevos espacios en el mundo rural, respetuosos con el medio ambiente y que pongan en activo recursos ociosos o infrautilizados.

BIBLIOGRAFÍA


La Ganadería Ecológica. Consejería de Agricultura y Pesca.

MORENO CHANTAR Marina, et-al, Manual de Ganadería Ecológica, Pág.3
Agradecimientos:
Jorge Triana Valenzuela, docente de la Universidad de La Salle y médico veterinario con MSc en gerencia ambiental y de recursos naturales.


 



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