Colombia
posee un registro de menos de 100 Ha en producción ganadera ecológica
certificada, teniendo un potencial al menos de 20 millones de Ha en pastoreo. En
este artículo conoceremos un modelo español que nos enseña las condiciones
generales que debe reunir un ganadero para ser productor ecológico.
Por: Michael Rúa Franco
y Juan Camilo Rodríguez
Para contribuir con ideas que permitan
identificar oportunidades que pueda tener el negocio ganadero colombiano frente
al mercado globalizado, desde la perspectiva de lo ecológico aplicado a la
producción ganadera, presentamos este artículo sobre la experiencia de España,
un país reconocido mundialmente por su acelerada evolución e industrialización
en materia de agricultura y ganadería, pero también como uno de los más
importantes productores de alimento orgánico en el continente europeo y en el
mundo, a pesar de ser un territorio que posee menos de la mitad de tierra que
tenemos los colombianos, para cultivar o explotar con fines agropecuarios y su
inventario ganadero es cuatro veces inferior al nuestro.
La actividad ganadera como negocio en España,
en relación con Colombia y otros países de la comunidad del trópico, se
considera mucho más evolucionada debido al desarrollo que ha experimentado,
especialmente notable durante el último tercio del siglo XX, por supuesto, muy
presionado por el contexto de la comunidad europea en general, impulsado por
los históricos eventos de las revoluciones industrial y verde, los cuales
contrajeron deforestación, incendios forestales, mecanización de suelos con
herramientas de arado, fertilizantes de síntesis y agrotóxicos usados para
control de plagas y de “mala hierba” o malezas, y demás metodologías de
agresión a la tierra, a la naturaleza y al entorno ambiental, que se conocen
hoy como “prácticas o metodologías y tecnologías convencionales”. También
significó la introducción de razas foráneas, importadas y con ellas el manejo
del ganado en sistemas de confinamiento, entre otras.
España
es uno de los más importantes referentes mundiales en producción ganadera
ecológica.
En consecuencia, la estructura interna de la
“cabaña ganadera española” ha variado mucho, e incluso, su propia composición
debido al cruzamiento entre razas para obtener animales mestizos (cruces
industriales). En lo que respecta al sistema de explotación o producción, en
las ganaderías para ordeño se prefiere el régimen de estabulación. En las
destinadas a carne, sean de raza autóctona o cruzadas con foráneas, se prefiere
el régimen campero, aunque también completando la alimentación con pienso
(semiestabulación)1.
Algo muy similar, aunque bajo condiciones
diferentes, sucede en Colombia. Tal vez en nuestro país no ha habido tanto
desarrollo con la producción ganadera confinada, pero nuestras prácticas
ganaderas están altamente regidas por lo convencional, lo cual atrae severas
consecuencias negativas contra el negocio mismo, por lo que debemos aprender de
la experiencia de la ganadería española, antes que vivir en “cabeza propia” el
rigor del desgaste del ecosistema ganadero y del negocio.
Tan notables como ha sido la acelerada
industrialización de la ganadería en España, también lo son las consecuencias
negativas que todo ello atrajo sobre el entorno ambiental y la naturaleza. La
industrialización del negocio ganadero español ha dado lugar a una
transformación de los espacios ganaderos en el país3. El desgaste de
la tierra explotada convencionalmente, tanto en sistemas extensivos como en los
intensivos, ha sido bastante evidente, y las estadísticas lo constatan. Así es
como cada vez hay más ganado (hoy España tiene 6,5 millones de cabezas bovinas
cuando hace 60 años tenía casi la mitad), pero también hay menos tierra para
uso pecuario en pastoreo (hoy son 11,1 millones de ha cuando hace 60 años
poseía casi el doble), y ha decrecido notablemente el número de productores
(hace 60 años eran aproximadamente 2 millones mientras hoy queda menos de 1
millón). Además, la agricultura en España ha desplazado a la ganadería, y esta
a su vez ha deteriorado los bosques para convertirlos en pastizales, lo que es
una de las causas para que haya menos área pastoreable, de tal modo que se podría
decir que son los mismos ganaderos que al usar tecnologías de producción
convencional han venido “cavando su propia tumba”.
La ganadería, y por supuesto también la
agricultura, de forma industrial y bajo las prácticas convencionales, han
arruinado las tierras, han contribuido notablemente a los procesos de
“desertificación” (convirtiendo tierras fértiles en infértiles desiertos), y la
escasa vegetación boscosa ha atraído problemas ambientales, entre ellos los
cada vez más inclementes fenómenos del efecto invernadero y el cambio
climático. Pero no solo eso, sino además, detrás de ello, problemas de salud
pública, puesto que alimentos para consumo humano producidos convencionalmente
afectan la salud humana al estar contaminados con residuos químicos (por la
fertilización sintética), desechos de venenos (debido al uso de agrotóxicos
como los herbicidas, insecticidas y pesticidas), sobrantes de medicamentos y
otras sustancias (ocasionado por el control de parásitos y enfermedades o al
empleo de anabólicos y algunos estimulantes de la producción tanto de carne
como de leche), lo que en el mundo ha disparado los casos de cáncer, las
enfermedades metabólicas, las disfunciones fisiológicas especialmente cerebrales,
y los casos de infertilidad sexual, entre otras.
En Europa esto ha generado tal preocupación a
nivel de la medicina y en cuanto a las políticas de salubridad (en animales
como en humanos) y de protección y recuperación de los ecosistemas productivos
y de la naturaleza y el ambiente en general, que cada vez hay mayor demanda en
todo el continente por los alimentos no contaminados, a garantía de que fueron
producidos bajo metodologías ecológicas certificadas, y también, claro está, ha
crecido la oferta.
España es el tercer productor de la Unión
Europea (UE), detrás de Alemania y Reino Unido, de alimentos con clasificación
de “ecológico”, con certificado y sello que los avala como tal. Es así como
este país se ha venido afirmando como uno de los más importantes referentes
mundiales en producción ganadera ecológica. Pero, dadas sus limitaciones, ni
aún reuniendo la producción total de todos los países europeos que le han
apostado a este modelo, logran satisfacer la demanda, ni de Europa ni mucho
menos de otros consumidores fuera del continente. Los países europeos son en su
mayoría pequeños en comparación con Colombia, y además, bastante afectados por
los efectos del cambio climático, luego, sus tierras para ganadería son
bastante limitadas. Por eso, han venido explorando posibilidades de inversión
en Suramérica, segundo mayor productor de alimento ecológico en el mundo detrás
de Oceanía, que todavía tiene una producción incipiente.
Los europeos han venido explorando
posibilidades de inversión en Suramérica, segundo mayor productor de alimento
ecológico en el mundo detrás de Oceanía
En Colombia, la estadística reporta que según
el censo más reciente, oficialmente hay registro de menos de 100 Ha en
producción ganadera ecológica certificada, pero con un potencial para
desarrollar al menos 20 millones de Ha en pastoreo, de los 39 millones que usa
actualmente en ganadería en todo el territorio nacional.
Si se considera que la producción ecológica
permite cargas de 2 a 3 cabezas por Ha en pastoreo, en caso tal de que Colombia
decidiese tecnificar su ganadería bajo el modelo de ganadería ecológica,
significaría que el inventario ganadero para producir alimento ecológico
certificable estaría entre 40 y 60 millones de cabezas de ganado como mínimo
(puede ser mayor). Esto sería 10 veces más del inventario total de ganado
vacuno que hay en España (juntando ecológico y convencional). De aquí se puede
deducir la capacidad que tiene nuestro país de convertirse en “una despensa
para la humanidad” en cuanto a alimento ciento por ciento natural, más sano y
saludable, puesto que sería libre de toda contaminación y sin necesidad de
acudir al confinamiento, ya que la producción ecológica se hace a pastoreo,
pero haciendo más eficiente el uso de nuestra tierra con su vegetación pastoril
y optimizando el manejo del ganado, y sin requerir más que a una buena cerca
eléctrica y tener aptitud de productor ecológico, con lo que se lograría que
Colombia duplique o triplique su inventario ganadero actual, y así, consiga
impactar muy positivamente el PIB nacional.
¿Cuáles son las condiciones necesarias
para que Colombia pueda llegar a ser esta despensa de alimento ecológico?
Primero hay que dejar claro, que hay dos
tipos de ganadero ecológico:
1.- El productor ecológico por convicción,
para quien producir alimento ecológico (más sano y saludable) es lo que
éticamente le corresponde, es consciente que aún si no le pagan más o mejor por
lo que produce, de todas maneras es lo que quiere que consuman sus compradores,
y así contribuye con la sociedad.
2.- El productor que opta por ser ecológico,
persiguiendo un certificado que le de mérito para que lo que produce pueda ser
sellado con una etiqueta que lo distinga como tal, y así poder pretender mejor
precio para lo que produce, es decir, lo hace por negocio.
Claro que, en ambos casos, hay un beneficio
implícito. Es decir, tanto al productor que lo hace por convicción, como para
el que lo hace por negocio, hay una ganancia intrínseca, y viene del resultado
de producir al mínimo costo (se reducen los gastos) y máxima eficiencia (se
incrementan los ingresos porque sus tierras producen más).
Aprendamos entonces del modelo español o
europeo las condiciones generales que debe reunir un ganadero para ser
productor ecológico:
CONDICIÓN
No. 1. Animales adaptados al ambiente
Seleccionar razas o estirpes adaptadas al
entorno, resistentes a enfermedades, con preferencia (no significa
exclusividad) por las razas autóctonas dado que ellas están adaptadas a las
condiciones nativas. Aquí en Colombia podría ser muy fuerte dado que posee más
variedad de razas criollas que cualquier país en el mundo, con 11 razas
reconocidas como propias, además de material genético ya adaptado como Holstein
criollo y la tremenda variedad de razas cebuínas tropicales.
CONDICIÓN
No. 2. Nutrición lo más natural posible
La nutrición de animales adultos en
producción ganadera ecológica se debe proveer a base de pastos y forrajes (idealmente
al ciento por ciento); en su defecto, se puede acudir a forrajes conservados
(heno, silo, entre otros), y a los balanceados (concentrados) siempre que no
supere nunca el 40 por ciento de la dieta total, y con el requisito de que
hayan sido producidos ecológicamente, dentro o fuera de la propiedad.
Entre tanto, las crías deben ser nutridas con
leche natural, preferentemente materna (de su madre natural o de una nodriza),
mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes y medio en ovinos
caprinos.
CONDICIÓN
No. 3. Crianza natural
Es indebido realizar prácticas de destete
precoz, entendiendo esto como la práctica de reemplazar el ciento por
ciento de la alimentación a base de leche materna por balanceados o aun por
forrajes conservados (heno o silo), sin importar que estos últimos fueran
producidos ecológicamente, desde la primera semana de nacimiento.
Las crías
deben ser nutridas con leche natural, preferentemente materna (de su madre
natural o de una nodriza), mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes
y medio en ovinos caprinos.
Arborizar el
terreno ganadero permite reducir la temperatura ambiental en las épocas de
sequía, favoreciendo al ganado, la tierra, los pastos y los organismos vivos
del suelo.
CONDICIÓN No. 4. Retiro total de insumos artificiales
Netamente
inadecuado e indebido el uso de promotores o estimulantes del crecimiento y
desarrollo corporal o muscular, o de la producción (antibióticos,
coccidiostatos, medicamentos, hormonas o cualquier otro factor estimulante)
porque causa alteraciones al sistema hormonal del organismo animal, aparte de que
sus residuos en carne o leche pueden ocasionar problemas de salud al
consumidor.
CONDICIÓN
No. 5. Producción a libre pastoreo
Solo la fase de finalización en ceba de
novillos, ovino caprinos y porcinos se podrá realizar en establos y nunca debe
superar este tiempo 1/4 parte de su vida.
CONDICIÓN
No. 6. Prohibido usar químicos y venenos
Anular totalmente el uso de agroquímicos y
agrotóxicos, como fertilizantes o abonos de síntesis (sintéticos-artificiales
no naturales), herbicidas, plaguicidas, insecticidas, pesticidas, fungicidas, entre
otros.
CONDICIÓN
No. 7. Reducir al máximo la agresión al suelo
Preferiblemente no agredir al suelo con
herramientas de arado de ningún tipo. Esto rompe el ciclo del etileno, por
medio del cual un suelo se hace fértil de manera natural a partir de los
procesos biocenóticos (vida microorgánica), mediante los organismos vivos que
habitan el suelo ganadero y descomponen los desechos orgánicos (hojarasca,
ramas, frutos caídos al suelo, animales muertos, y muy especialmente las heces
de todos los ejemplares que pastorean) y producen humus que es materia orgánica
rica en nutrientes para el pasto y demás forrajes.
CONDICIÓN
No. 8. Arborización
Arborizar el terreno ganadero, porque así hay
una reducción de la temperatura ambiental en las épocas de sequía (aprox. 5 a
10º más bajo que donde no hay árboles), y esto es favorable para el ganado
(sombra), pero también para el suelo (reciclaje de nutrientes), para los
organismos vivos del suelo (el sol es su enemigo) y hasta para los pastizales
(no se deshidratan por efecto de la radiación solar cuando hay épocas de
intenso sol). Pero además, los árboles atraen fauna de múltiple variedad (aves,
arañas, insectos, entre otros) que son depredadores naturales de otros
organismos como moscas y garrapatas, por lo que se genera control natural de
parásitos del ganado. Y, por supuesto, son retenedores de humedad y protegen
aguas. Generalmente, los árboles regulan o equilibran el ecosistema.
CONDICIÓN
No. 9. Medicina veterinaria homeopática y preventiva no curativa
·
Debe predominar la medicina preventiva sobre
la curativa
·
Implementar razas rústicas, adaptadas,
autóctonas
·
Alimentación adecuada y procedente de
cultivos ecológicos
·
Acceso sostenido a pastos (a mayor pastoreo,
mejor desempeño fisiológico como consecuencia del máximo confort y bienestar
del ambiente natural)
·
Evitar sobrepastoreo (sobrecarga animal en
pastoreo no controlado)
·
Evitar hacinamiento en corrales y
alojamientos
·
Emplear productos homeopáticos,
oligoelementos, fitoterapéuticos (extractos y esencias de plantas) que estén
certificados
·
Solo para uso curativo usar medicamentos
alopáticos, de síntesis química o antibióticos, únicamente cuando los productos
homeopáticos no curen la enfermedad adquirida y siempre bajo responsabilidad de
un veterinario
·
La enfermedad y su tratamiento se deben
reportar de inmediato a las autoridades de control (el ICA en Colombia)
·
Si hay efecto residual de los tratamientos
aplicados tanto en ganado de leche como de carne, para producción ecológica se deberá
esperar EL DOBLE de tiempo de residualidad del sugerido por quien produce el
medicamento
·
Si un animal es tratado más de dos veces el
mismo año, se considerará contaminado (convencionalmente) y se debe manejar un
retiro igual al que se maneja para conversión o reconversión (proceso para
certificación ecológica) antes de vender sus productos como ecológicos
·
Cuando un animal es tratado frecuentemente
con biológicos o naturales es porque no está adaptado y se debe retirar de la
explotación
·
Solo deben ser tratados los animales enfermos
o que se han identificado que son los más susceptibles. La prevención de
enfermedades como se indicó se hace no por medicamentos sino por manejo,
nutrición, genética, ambiente o confort
·
Si caen muchos animales enfermos a la vez es
indicador de graves fallos de manejo o nutrición/alimentación, o que hay
hacinamiento, o que los alojamientos no son aptos y están en condiciones deficientes,
o que la raza no está adaptada, o hay desequilibrios en el ecosistema ganadero,
por lo cual el manejo de la ganadería debe ser totalmente holístico. Si es
reiterativo, una ganadería que ya fue certificada podría ser descalificada, y
una que desea certificarse, pero no logra equilibrio, puede no ser certificada
·
Vacunas obligatorias sanitariamente a nivel
regional o nacional están permitidas
Qué rico y sano es saborear una hamburguesa preparada
con carne de ganados criados y alimentados bajo criterios ecológicos.
Estos son parámetros
generales, pero, dependiendo de cada unidad de producción puede haber otro tipo
de condicionamientos específicos. Lo importante es que se pueda notar que ser
productor ganadero ecológico no es nada complicado, tampoco es costoso, la
mayoría de los requisitos son inherentes al manejo, y siempre se procura un
máximo bienestar para los animales y para el personal a su cargo.
Finalmente, cabe
mencionar que la producción ganadera ecológica es fácilmente aplicable y
alcanzable de forma integral al aplicar tecnologías como el Pastoreo Racional
Voisin (PRV), el Sistema Silvo Pastoril (SSP), y el concepto más novedoso es el
de Granjas Ecológicas Polifacéticas (GEP), siempre que se cumplan las
condiciones aquí descritas, y que en la implementación de ellas haya
conformidad con los reglamentos, normas y leyes de producción ecológica que
rigen en cada país. Puede ampliar información sobre estas tecnologías en: www.culturaempresarialganadera.org.
Si usted, además, desea ampliar información al respecto de lo que aplica
normativamente para Colombia, consulte la Resolución 0187 de 2006 del
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR), la cual
consagra todas las disposiciones para obtener el certificado o el SELLO
NACIONAL DE ALIMENTO ECOLÓGICO.
Bibliografía
Zootecnista U. de A.,
Especialista U.D.C.A., Gerente General de Cultura Empresarial Ganadera
Internacional, Presidente de la Asociación Bioganaderos - www.culturaempresarialganadera.org